lunes, 9 de mayo de 2011

Todo es sustentable hasta que se demuestre lo contrario…

Pareciera que hoy en día no ser sustentable queda mal o por lo menos está mal visto, seria interesante que profundicemos un poco acerca de qué es ser sustentable por que esta de moda y qué es ser verdaderamente sustentable….
A esta altura ya es muy popular el triangulo de la sustentabilidad soportado por el pilar social, el económico y el medioambiental en perfecto equilibrio, sin embargo, también todos sabemos que “no todo lo que brilla es oro” y cuando nos ponemos a escarbar en algunos emprendimientos, tanto privados como públicos, que se dicen sustentables o que se llevan adelante bajo supuestos estándares de sustentabilidad, empezamos a ver que, en muchos casos, solo se trata de una declaración demagógica, en el caso de lo publico y publicitaria, en el caso de lo privado, claro está que las modas hay que seguirlas o para tener votos  o para vender más y no quedar fuera del mercado, si no recordemos la esclarecedora frase  del gran escritor español Joseph Pla: “contra la moda toda lucha es inútil”.Por eso, es sumamente importante que nosotros los consumidores estemos bien atentos a los pequeños detalles que nos van a mostrar a las claras las verdaderas intenciones de quienes se dicen pro-sustentabilidad.
Siguiendo este escueto análisis, la actividad turística no esta exenta de esta moda “Verde”, ya vemos por todos lados “Hoteles Amigables con el Medio Ambiente”, “Hoteles Verdes”, restaurantes que se autoproveen de sus “Huertas Orgánicas” y hasta “Cabalgatas Sustentables” que usan caballos hasta que casi caen muertos del cansancio pero que les dan pastito fresco orgánico para que se repongan bien para el otro día.  Desde el lado de lo público vemos hermosos y coloridos carteles indicativos en áreas protegidas que rezan “Cuidemos la Flora yla Fauna” que están hechos de metal oxidable y pintados con pinturas sintéticas que bastante poco tiene que ver con el cuidado del medio que pregonan que hay que proteger y que por cierto han sido confeccionados por personas que viven bastante lejos sin que su realización haya significado una posibilidad de trabajo para los habitantes locales.

Por eso, en mi opinión, la sustentabilidad en el turismo es una RESPONSABILIDAD DE TODOS, pero en primer lugar de todos los que en algún momento somos visitantes, es ahí cuando tenemos que preguntar a los que nos prestan los servicios cuales son las acciones puntuales que llevan a cabo para que su actividad sea sustentable atendiendo a aquellos tres pilares que mencionábamos más arriba; así mismo debemos exigir a los funcionarios y ONGs que expliciten claramente de que manera tal o cual proyecto se convierte en sustentable y no quedarnos solo con las lindas declaraciones o slogan.
Cuanto mas preguntemos, indaguemos, exijamos y nosotros mismos cuidemos,  lo que hoy es moda se convertirá en una forma de vida y de hacer negocios y llegaremos con el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros a hacer de la sustentabilidad en el turismo un Estilo que trascienda las barreras de nuestra generación para un mundo más sano, más limpio y más justo. Ya lo dijo la gran diseñadora francesa Coco Chanel: “Las Modas Pasan. Solo el Estilo Queda”.  

La Lección de Nazareno

Esta semana, en nuestra hermana provincia de Salta ocurrió un hecho muy relacionado con la actividad turística que no puede pasar desapercibido y que debe tomarse como un llamado de atención para todos los que vivimos del y con el turismo.
El domingo 8 de agosto en la localidad de Nazareno, departamento de Santa Victoria, provincia de Salta los ciudadanos votaron por el NO (573 votos contra 519 por el SI) a la apertura de una hostería que construyó el gobierno provincial con fondos del BID (Banco Interamericano de desarrollo) y que estaba lista para funcionar con todo su equipamiento con una inversión de nada menos que cuatro millones de pesos, la cual a partir de este resultado se convertirá en un albergue para jóvenes. Obviamente a partir de esta situación comenzaron los dichos del gobierno por un lado, asegurando que eso no significa un fracaso de gestión y de la OCAN (Organización de Comunidades Aborígenes de Nazareno) por el otro festejando el triunfo y declamando su repudio a todo lo occidental y al turismo “Capitalista”.
Mas allá de las repercusiones, creo que los actores relacionados con la actividad turística deberíamos prestar atención al mensaje que nos deja este rechazo rotundo. La comunidad interpreta que el turismo va a traer más problemas que beneficios y cito a los representantes de la OCAN: “ese hospedaje traería todos los males de las ciudades, Nazareno se convertiría en un pueblo como Tilcara o Iruya donde en poco tiempo llegaron males como las drogas, el alcoholismo y hasta los Hippies” y en otro párrafo sigue “…por esa razón les pedimos a las autoridades del gobierno que empiecen a realizar las consultas del consentimiento libre previo e informado a las comunidades indígenas y pueblos indígenas, herramienta de carácter jurídico para la participación efectiva de las comunidades…”. El pedido es simple y hay que escucharlo, ya es más que evidente que tenemos que comenzar a pensar seriamente en una mejor distribución de los beneficios del turismo. En este caso no alcanzó con las promesas, muy pocas veces concretadas, de un desarrollo del turismo comunitario que, desde el lado de las comunidades, es visto como un reparto de migajas mientras que las grandes porciones se las siguen llevando los intermediarios y no los verdaderos dueños de los atractivos, que son en definitiva, lo que el visitante compra y quiere conocer.
La función principal del turismo es, de acuerdo a nuestra concepción, fomentar la paz y el entendimiento entre los pueblos y para que eso se logre es necesario aprender a escuchar, tal vez escuchando antes de hacer se podrían construir albergues para jóvenes que, sin duda cuestan bastante menos que cuatro millones de pesos.
Salta está muy cerca y el comunero citado nombra a nuestra hermosa Tilcara, como un lugar transformado en algo que ya no es lo era y justamente lo que era es lo que el turista quiere ver…no vaya a ser que por no escuchar lo que dicen que quieren los dueños de nuestros bellos pueblos, las comunidades terminen perdiendo por partida doble: por un lado el patrimonio que los hizo deseables para los visitantes y por el otro, los supuestos beneficios del turismo que ya no llegarán cuando los turistas elijan otros lugares que si siguen siendo lo que eran…. Un juego de palabras para ponernos a pensar.
Ya hace unos 2000 años un Nazareno nos dió una lección sobre el respeto por El Otro, hoy una comunidad con ese nombre nos habla de lo mismo...creo que deberíamos prestarle atención.  

De la apropiación de los recursos y “las buenas intenciones”

Hace ya unos años, durante un debate en una universidad norteamericana le preguntaron al Ministro de Educación de Brasil, Chico Buarque (conocido artista de nuestro hermano país) que opinaba, en su calidad de humanista, de la internacionalización del Amazonas para su mejor conservación y protección  en virtud de que los brasileros lo estaban depredando  a pasos agigantados. De su extensa respuesta rescato que el cantautor dijo que, si era necesario internacionalizar la amazonia porque es un bien de toda la humanidad y que produce oxígeno para todos los habitantes, también habría que nacionalizar muchas otras cosas igualmente relacionadas con el bienestar de todos los habitantes del plantea; como por ejemplo, las reservas de petróleo, el capital financiero de las grandes potencias, las colecciones privadas de obras de arte e incluso los arsenales nucleares, siendo estos mucho más peligrosos en manos norteamericanas que el amazonas en las manos brasileras.
Me parece sumamente interesante este artículo y su directa vinculación con la actividad turística contemporánea en la que se declaran áreas de protección internacional con las “buenas intenciones” de conservación de espacios de interés internacional, desarrollo sustentable, mejora de la calidad vida, preservación de culturas y lenguas además del desarrollo de los famosos “Destinos Emergentes”. En este contexto es, por lo menos llamativo, que cada vez que los países centrales necesitan algún recurso para algo, ya sea un recurso natural (agua, bosque, aire puro, etc.) o uno cultural (obras de arte, arqueología y cualquier otra manifestación cultural) ese algo adquiera, más tarde o más temprano, el grado de “importante para toda la humanidad”. Claro está que para que esto suceda son necesarios cómplices locales, que pueden ser académicos seducidos por los discursos de los organismos internacionales, políticos impulsados por los negocios inmobiliarios y de otros tipos que generan estas declaraciones o fundaciones u ONGs siempre dispuestas a recibir fondos.
Para citar algún ejemplo que nos toca de cerca a todos los argentinos, sólo alcanza con fijarse en el acrecentamiento de la importancia de las yungas para los organismos internacionales y la relación de estos paisajes con la generación de reservas de agua dulce y como recurso turístico natural. Creo que siempre debemos estar muy atentos ya que los recursos de este tipo son, casi siempre NO RENOVABLES y de NUESTRA PROPIEDAD y como en la vida misma siempre hay gente que se acerca con aparentes buenas intenciones que esconden una necesidad de apropiación de algo valioso, por eso digo, cuidemos lo que es nuestro que, aunque hoy no parezca, vale mucho más de lo que creemos, no por nada existe tanto interés desde afuera por cuidarlo “PARA TODA LA HUMANIDAD”…y retomando al impecable Chico Buarque que concluía su intervención de esta manera: “como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo pero, mientras el mundo me trate como brasileño, luchare para que el Amazonas sea, solamente nuestra” esta excepcional frase creo que puede trasladarse a muchos espacios de nuestro país, ¿no es cierto estimados lectores?.

Capacidad de Carga una problemática Real en Turismo

Hay algunas herramientas que se emplean en destinos turísticos maduros en relación a la gestión de la saturación de visitantes. Uno de ellos es el interesante concepto importado de las ciencias biológicas de “Capacidad de Carga”. Según la definición que nos brinda la Organización Mundial del Turismo (OMT), la “Capacidad de Carga Turística” es: “el numero máximo de turistas visitando en un mismo momento un sitio dado, sin causar al ambiente destrucción alguna de orden físico, biológico o económico y sociocultural, ni una degradación inaceptable del grado de satisfacción del visitante”.  Claro que como toda definición debe ser adaptada a un contexto determinado, ya que,  podemos percibir que la dificultad radica en establecer el valor numérico de la capacidad de carga de un determinado sitio o destino, en virtud de la gran cantidad de variables que intervienen.
Existe un sin fin de opiniones y posturas respecto de esta idea relacionada con la saturación, las más radicalizadas dicen que no es bueno que haya más de un visitante por cada poblador local en un destino y que superando esa relación se desatarían conflictos entre ambos grupos vinculados con el rechazo, el hartazgo y hasta la xenofobia; en el lado opuesto, los más permisivos pregonan que los sitios más visitados son los que mejor se conservan, para mantener su nivel de atractividad, en este sentido,  la capacidad de carga no resultaría un elemento decisivo para la conservación. Por último, los que estamos en el medio de ambas posturas entendemos que la llegada del turismo es algo que no puede evitarse e incluso debiera fomentarse ya que es indudable que con el turismo pueden llegar beneficios de los más variados tipos. No obstante, lo más habitual en estos tiempos es que el ritmo del desarrollo turístico desborde la capacidad previsora y de planificación,  sobre todo en los destinos emergentes, entonces, en palabras del profesor Antonio Machado Carrillo, “el problema del desarrollo turístico es un problema de relación Cantidad/tiempo”. Si el incremento de la actividad turística fuera más lento, la comunidad receptora tendría más tiempo para adaptarse a los cambios.
Podríamos entonces concluir que, lo más atinado, seria que, antes de pensar en cálculos de capacidad de carga, los destinos emergentes deberían centrarse en la idea de que, el turismo debe estar al servicio del destino y no el destino al servicio del turismo. Considero que si así lo pensamos cualquier calculo dará positivo para todas las partes involucradas. 

Patrimonio de la Humanidad?

En la “Cartilla Turística para la Comunidad que llego a mis manos el 27/9, día internacional del turismo, la Secretaria de Turismo y Cultura de nuestra Provincia define al Patrimonio como “es el legado que recibimos del pasado, lo vivimos en el presente y lo transmitimos a las futuras generaciones”  y a la UNESCO como “La organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,  esta institución cuenta entre sus facultades con la capacidad de inscribir a los sitios de características excepcionales en una lista de Patrimonio de la Humanidad, en este contexto el 2 de Julio del año 2003 se inscribió a nuestra Quebrada de Humahuaca en dicha lista en la Categoría de Paisaje Cultural. Hasta aquí los datos, pero ya sabemos que es la idea de esta columna contrastar lo académico con lo real así que bajemos a la realidad aquellas bellas palabras y veamos que encontramos.
Si tenemos un patrimonio que es de toda la humanidad, entendida ésta como el conjunto de todos las personas del mundo, quiere decir que todas esas personas deberían disfrutar y beneficiarse de esos bienes que hemos heredado, ahora bien, he tenido la suerte de conocer más de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, tanto en nuestro país como en otros y la simples observaciones me permiten decir que los menos beneficiados con tan honroso titulo son los habitantes locales, o sea, según la definición de la cartilla citada, los dueños y herederos de ese patrimonio. Estos verdaderos propietarios de repente y en general, por iniciativa de otros, deben compartir con TODA LA HUMANIDAD eso que han heredado y que tiene que transmitir a sus hijos. La cuestión es que es imposible transmitir lo que se ha perdido y con la declaración llega el turismo, un turismo que respeta lógicas mercantilistas muy alejadas de las lógicas de los sitios patrimoniales, los cuales son declarados como tales justamente por contar “características Excepcionales” entendiendo excepcional como fuera de lo común, sin embargo pareciera ser que se honra estos espacios para que se transformen en comunes…o sea comunes a todos y comunes como todos y por comunes dejan de ser visitados…
Todo este trabalenguas me hace reflexionar acerca de si las inclusiones en la lista de sitios excepcionales persiguen el objetivo de cuidarlos para todos nosotros y los que vendrán o de preparar destinos turísticos exóticos y nuevos para viajeros de países desarrollados cansados del sol y playa y ávidos de ver como viven los pueblos “de antes”?.
Claro está que esto podría ser bueno, siempre que las declaraciones sean precedidas por una planificación inclusiva (y no digo participativa si no inclusiva) en donde la comunidad DUEÑA del sitio decida en todos los aspectos sobre qué, cómo y para quién se harán las cosas, no sea cosa que la humanidad se divida en dos: los que disfrutan y los que trabajan para que aquellos disfruten. Por ultimo me gustaría citar un comentario de un habitante de nuestra bella Quebrada en respuesta aun comentario de una senadora nacional: “Con todo respeto señora senadora, no voy a decir que no ha traído progreso esto del patrimonio, pero a que precio? Nuestra cultura ancestral se morirá en nuestra generación porque nuestros hijos, si bien respetan nuestras costumbres no las abrazan porque la globalización esta haciendo estragos en nuestra quebrada…( )… y si se muere nuestra cultura...que le vamos a mostrar al turista?…y sigue…veo en mi propia familia la codicia y la avaricia que antes no se veía tanto, todo por esto del patrimonio porque todo se ha convertido en un negocio” y termina por preguntarse nuestro amigo Martín ( residente de Buenos Aires y autodefinido coya): “podré volver a mi comunidad aborigen de OVARA o me cobraran entrada…?.
Para pensar no?

La gran fiesta estudiantil en Jujuy, un hecho turístico

Una vez más, dieron comienzo las actividades de la Fiesta Nacional de los Estudiantes con la tradicional “Pintada Estudiantil y Familiar” en la avenida Córdoba el día once de septiembre. Durante todo el mes nuestros jóvenes bailarán, cantarán, pintarán y se divertirán pero sobre todo trabajarán arduamente para mostrarnos orgullosos sus increíbles creaciones hechas carrozas y carruajes, no solo a nosotros si no a todos los que vengan a visitar nuestra provincia y eso, sin duda es un hecho turístico de importancia sustantiva. Por eso creo que hay algunas cuestiones que deben ser cuidadas en función de la intención, tanto oficial como privada, de convertirnos en un destino turístico internacional consolidado. Como todos ya sabemos y lo hemos visto a lo largo de los años, el parque San Martín se colma, noche tras noche de jóvenes y familias que desean presenciar el paso de las obras de arte rodantes que a su vez es transmitido a todo nuestro país e incluso a otros, esto significa que nos estarán viendo, “Observando” millones de personas de los cuales muchos son potenciales visitantes, a ellos es a quienes tenemos que mostrarles que si nos visitan van a encontrar una ciudad tranquila, limpia y con vocación turística. En este sentido es responsabilidad de todos ejercer control sobre los posibles excesos que puedan acontecer respecto del consumo de alcohol, las peleas (por posibles rivalidades) y la limpieza de los espacios públicos, antes, durante y después de cada evento o espectáculo, todas estas son cuestiones que son observadas atentamente por quienes están en situación de decidir su próximo destino de vacaciones (decisión que por lo general se toma en esta época del año).
A veces es difícil escuchar o leer sobre este tipo de cosas, pero como mencioné más arriba, si nuestra pretensión es ascender al nivel de destino turístico internacional maduro, son elementos en los que debemos trabajar con seriedad y enfrentarlos, no como tragedias, si no como problemas reales que hay que solucionar y cuya solución no es solo responsabilidad del Estado si no de toda la sociedad: de los padres concientizando a sus hijos; de los comerciantes, no vendiendo bebidas alcohólicas a los menores por hacer alguna diferencia; del Estado, viendo que las instituciones de control no hagan la vista gorda y de todos los ciudadanos, ejerciendo nuestra ciudadanía y denunciando las irregularidades.
Estoy seguro que es el deseo de todos que, como decía mi abuela…”Tengamos la Fiesta en Paz”    y podamos mostrar a nuestros compatriotas y al mundo que estamos y deseosos que nos visiten, que compartan nuestras bellezas naturales y culturales y que conozcan nuestra amabilidad y cordialidad.. 

domingo, 8 de mayo de 2011

Calidad Turística y calidad del Turista

Cuando encaramos el tema de la “Calidad Turística” en relación a la “Vocación del Destino”, podemos decir que si se logra encontrar y comprender la segunda se allana el camino hacia la posibilidad de brindar servicios de calidad a los visitantes, pero que entendemos por “Calidad Turística” y por que lo vinculamos con la “Calidad del Turista”?
El concepto de Calidad ha evolucionado mucho desde que los fenicios y los egipcios hicieron sus primeras incursiones en el tema hasta los Sistemas de Gestión de la Calidad (S.G.C) y la excelencia que hoy están en boga, pero más allá de esa evolución natural siempre el quit de la cuestión estuvo en la búsqueda de la satisfacción de quién adquiere el producto o de quién hace uso del servicio. La particularidad que caracteriza en este aspecto a la actividad turística es que, si un pasajero no esta conforme con un determinado servicio ya no puede devolverlo (ya durmió en un colchón incomodo, ya viajó en un bus con butacas que no se reclinaban, etc.), a esto se debe la necesidad de  extremar las previsiones para que todo salga bien desde el principio, el cual  es sin duda, que la comunidad receptora este conforme con la actividad turística que se desarrolla en su hábitat. Si tenemos habitantes locales beneficiados (directa o indirectamente) con el flujo de visitantes, tendremos caras sonrientes y ciudadanos siempre dispuestos a brindar información sobre su lugar y sobre los servicios o sea dispuestos a Vender el Destino. Si por el contrario los locales sienten que la actividad turística no los beneficia, o peor aun, los perjudica en su vida cotidiana, los encuentros Turista/Anfitrión serán, como mínimo, poco agradables.
El punto central es no confundir “Calidad Turística” con “Calidad del Turista”, si bien hoy la gran mayoría coincide en que, en turismo, cantidad es contrario a calidad, también es acertado decir que no todo el mundo entiende lo mismo por Calidad. Por ejemplo, para los empresarios, este adjetivo se relaciona con pocos visitantes de lujo que dejan mucho dinero en pocos lugares consumiendo productos no demasiado amigables para el medio ambiente y sin demasiada repercusión económica en la población local; también hay otros que lo relacionan con la visita  de mochileros o ecoturistas que se arreglan comiendo una pocas frutas, gastan casi nada pero cuidan el entorno, el medio ambiente y tienen una excelente relación con los locales desde lo social aunque, al igual que en el caso anterior, el impacto en la economía sea prácticamente inexistente. Como vemos, este no es un tema fácil, no obstante podemos arribar a algunas conclusiones y llegar a algunas certezas: la importancia de la calidad en turismo se relaciona, en primera instancia, con los beneficiarios de ese turismo; luego con la calidad del intercambio entre anfitriones y visitantes (esto depende de la satisfacción que ambos grupos perciban respecto de la actividad turística, los primeros en función de los beneficios que les brinde y los segundos en función de las experiencias vividas durante su estadía), por ultimo, siempre desde nuestra óptica y en consonancia con otros académicos de otras latitudes, el turismo de calidad debe cumplir con los siguientes postulados básicos: producir impactos mínimos sobre el medio ambiente, vincularse con los valores intrínsecos del destino (respetar su Vocación Turística), emplear recursos locales (beneficiar económicamente al destino), no alienar la cultura local (minimizar los efectos de demostración y la transculturación) y no recalentar la economía (no producir inflación por turismo o aumentos desmedidos en los precios).
Dicho esto, un buen ejercicio para este domingo que puede fácilmente realizarse en familia para ensayar un calificación del destino donde vivimos es colocar un sol por cada postulado cumplido o bien una nube por cada uno no cumplido, así tendremos, por ejemplo, que nuestra ciudad o pueblo tiene un Turismo de Calidad de “Dos Soles” o un turismo de No Calidad de “Tres Nubes”. Dos visiones para una misma situación.  

El Genios Loci y la Vocación Turística de un Destino


En el estudio del fenómeno turístico existe lo que llamamos “zonas grises conceptuales”, esto es que un mismo termino define más de un elemento o que un mismo elemento puede definirse con más de un término. Ese es el caso, por ejemplo, del “Producto Turístico” el cual puede definir tanto a un Paquete Turístico como a un destino entero. Si bien muchas veces esta particularidad puede llevar a una confusión (sobre todo al inicio de los estudios) nos da amplias posibilidades de interpretación. Dicho esto, me gustaría referirme en la columna de hoy al concepto de “Vocación Turística” y dos formas de abordarlo.
Cuando indagamos un poco en la bibliografía existente encontramos, por lo general que la Vocación Turística de un destino se define como la predisposición natural de un espacio o territorio para ser transformado en un lugar atractivo para potenciales visitantes, claro que esta es una definición economisista o por lo menos, estrechamente vinculada al rédito económico que pueda extraerse de esa atractividad. Sin embargo, siguiendo el criterio que utilizamos respecto del concepto de “Capacidad de Carga” (en esta misma columna el 09/05/10) consistente en corrernos de la mirada estrictamente comercial de la actividad, podemos entender la Vocación Turística como ese atractivo natural absolutamente intangible que posee cualquier espacio. Yendo un poco mas profundo podría decirse que es ese  “No se que…” que tiene un lugar que nos hace realizar determinadas actividades o predisponernos de determinada manera frente a sus paisajes o sus gentes.
Quien no ha dicho alguna vez?…”Cuando voy a la Puna me da por hacer tal o cual cosa…” o “cada vez que visito esta playa me produce una emoción que no podría explicar….” Ese sentimiento, esa sensación que nos transmite ese lugar es su Vocación Turística, de una forma más clara lo expresó el escritor cosmopolita Lawrence George Durrell cuando en 1960 escribió: “tu tienes que conocer a Europa lentamente, degustando sus vinos, sus quesos y el carácter de los diferentes países, de esta forma te das cuenta, que el determinante fundamental de una cultura, es después de todo, el espíritu del lugar”.  
Cuando hablo de esto con mis alumnos la primera pregunta que surge es “Y para que sirve saber o descubrir eso?. La respuesta, a mi criterio es que, en turismo, utilizar las acepciones economicistas como excluyentes o determinantes equivale a colocar el carro delante del caballo. El primer trabajo del profesional en turismo al indagar sobre un destino o al intentar abordarlo para su eventual desarrollo sustentable, consiste en descubrir esa Vocación Turística, que no se ve, que no se oye y que no se toca al menos que lleguemos a conectarnos a ese espacio con todos los sentidos; a veces lleva un tiempo o más de una visita, otras veces tenemos suerte y se descubre para nosotros apenas arribamos, pero sea como sea, ese descubrimiento es una tarea que hay que realizar.
La idea del Espíritu del Lugar no es algo nuevo, ya los romanos hablaron del Genius Loci (espíritu guardián del lugar), aunque en tiempos más cercanos es la arquitectura la que se ha ocupado del tema a través de los escritos del excelente Christian Norberg-Schultz y su libro “Genius Loci: Towards a Phenomenology of Architecture”, en el que se interna en la arquitectura fenomenológica e investiga sobre la esencia de los espacios y como esa esencia se traduce en el paisaje produciendo sensaciones particulares que lo identifican.
Podemos concluir que si los profesionales del turismo nos ocupamos, en primer termino de encontrar el Genius Loci de los destinos, luego, será muy simple comprender que debe vender cada uno y a quien le interesará comprarlo (visitarlo). Así entonces podremos diseñar productos que estén en armonía con el lugar y con los pobladores locales y eso, indefectiblemente se traducirá en servicios de calidad para los visitantes, aunque esto de la calidad ya es tema para otra columna.